domingo, 30 de septiembre de 2012

resumen y glosario


Actitudes: estructura y funciones

1.    ¿Qué son las actitudes?
   Desde esta disciplina las actitudes son importantes por dos razones principalmente. En primer lugar porque influyen considerablemente en la forma en que pensamos sobre la información social y en cómo la procesamos.
   La segunda de las razones por las que son importantes las actitudes es por la influencia que tienen sobre el comportamiento.
   En la medida en que las actitudes influyen en el comportamiento de la gente, conocerlas ayudara a predecir sus conductas.

1.1  Definición
   Desde la psicología social se han propuesto distintas definiciones sobre el término actitud. Una de las más utilizadas es la que propone que una actitud es una tendencia psicológica que se expresa en la evaluación de una entidad particular de algún modo favorable o desfavorable.
   La actitud, como tal, consiste en un constructo psicológico no observable, de carácter evaluativo, que media entre un objeto y las respuestas de la persona ante ese objeto. Las evaluaciones que caracterizan a las actitudes se pueden definir por:
-       Su dirección o valencia.
-       Si intensidad o polaridad.

1.2  Estructura de las actitudes
   Aunque no existe unanimidad a la hora de explicar la estructura interna de las actitudes, uno de los modelos más utilizados a la hora de entender cómo se organiza mentalmente una actitud es el modelo tripartito según el cual las actitudes están formadas por tres componentes: el afectivo, el cognitivo y el componente conductual.
   El componente cognitivo se refiere a las cogniciones o pensamientos asociados con las actitudes, que han sido denominados tradicionalmente creencias.
   El componente afectivo se refiere fundamentalmente a los sentimientos, estados de humor, emociones y respuestas del sistema nervioso autónomo.
   El componente conductual se refiere tanto a las acciones que lleva a cabo una persona hacia el objeto de actitud como la intensión de conducta.

1.3  Propiedades de las actitudes
a)    Accesibilidad y fuerza de las actitudes
   La accesibilidad se refiere a la facilidad con la que una actitud puede ser recuperada de la memoria, y uno de sus indicadores es la velocidad con la que una actitud es recordada o activada.
  La accesibilidad va a influir en la interpretación que las personas hagan de la realidad, así como el comportamiento, de manera que cuanto más accesible sea una actitud, con mayor intensidad influirá en el comportamiento.
   Otra de las características de la actitud es la fuerza, que se refiere a la estabilidad y  resistencia temporal de la actitud, así como a su impacto sobre el comportamiento. Las actitudes fuertes son más estables y resistentes.
   El que una actitud sea más o menos fuerte va a depender, entre otros, de tres factores: por un lado, si la actitud se ha formado a partir de la experiencia directa, será más fuerte que si se ha formado a partir de lo que otras personas nos han contado.
Otro de los factores que va a influir en que una actitud sea más o menos fuerte es el consenso social.
   Por último, la importancia que se le dé a la actitud es otra de las características que influyen sobre su fuerza.

b)   La ambivalencia actitudinal
   Si bien la estructura que da origen a una determinada actitud es la integración de las evaluaciones basadas en uno, dos o tres de sus componentes, las evaluaciones de cada uno de estos componentes pueden no ser consistentes entre sí.
   La investigación sobre ambivalencia actitudinal demuestra que una persona puede evaluar al mismo tiempo un objeto de actitud como positivo y negativo
   La falta de consistencia es experimentada por los individuos como un estado desagradable e incluso poco adaptativo. Las persona en esta situación suelen estar motivadas para reducir o eliminar esa ambivalencia o, al menos, las consecuencias negativas que de ella resultan.

c)    Actitudes explícitas versus implícitas
   A menudo podemos expresar de forma consciente y reflexiva cuáles son nuestras actitudes, así como las consecuencias que tienen sobre nuestros comportamientos y/o afectos. A estas actitudes se les denomina actitudes explícitas. Muchas otras veces algunas actitudes se activan de forma automática e inconsciente, a este tipo de actitudes de las denomina implícitas precisamente porque las personas no son capaces de indentificarlas.

1.4  Cómo se miden las actitudes
   Cuando se habla de cómo medir las actitudes, realmente se hace referencia a cómo medir su intensidad, es decir, al grado en que se evalúa como favorable o desfavorable un objeto actitudinal.
   Las medidas de las actitudes pueden ser básicamente de dos tipos: las medidas explícitas y las medidas implícitas.

a)    Medidas explícitas o directas
   Tradicionalmente las actitudes han sido medidas mediante técnicas de autoinforme, basándose en los tipos de escala más conocidos, como las de tipo de Likert o el diferencial semántico. Ambas coinciden en que recogen distintos factores o dimensiones relacionados con el objeto de actitud:
-       Escalas tipo Likert
-       Diferencial semántico

b)   Medidas implícitas o indirectas
   Como se recordará, las actitudes implícitas son las evaluaciones  del objeto actitudinal que son inconscientes para la persona y que dan lugar a respuestas automáticas que le sujeto no identifica como relaciones con ese objeto de actitud.
   El hecho de que una persona desconozca que su actitud está siendo medida no significa que desconozca su actitud. Se han elaborado varios tipos de medidas implícitas; entre ellos, los más empleados son:
-       La preexposición o priming  consiste en la presentación del objeto de actitud en la pantalla de un ordenador durante unos milisegundos, seguido de una serie de palabras con carga emocional positiva o negativa.
-       El test de asociación implícita también mide tiempos de respuesta de los individuos mediante pruebas realizadas con una ordenador, tratando de comprobar el grado de asociación entre dos conceptos, uno de los cuales será el objeto de actitud y por el otro, una serie de palabras con diferente tono evaluativo.

2.    ¿Cómo se forman las actitudes?
   En general, las personas tiene actitudes hacia una gran cantidad y variedad de estímulos, incluso sin haber tenido experiencia directa o conocimiento sobre ellos.
   Sin embargo, puede afirmarse que la mayoría de las actitudes tienen sus raíces en el aprendizaje y el desarrollo social. No se puede ignorar la influencia que tienen algunos aspectos personales sobre la formación de actitudes.
   Las actitudes, una vez que se forman, se almacenan en la memoria, recuperándose cuando es necesario.

2.1  Origen biológico
   No es fácil demostrar que las actitudes también pueden tener un origen biológico, aunque hay análisis que revelan cómo las preferencias de las personas han sido creadas a partir de la historia biológica y cultural de la especie humana.

2.2   Actitudes basadas en la experiencia directa con el objeto actitudinal
   La propia experiencia con el objeto de actitud puede ser la base sobre la que se forma una actitud. Un claro ejemplo de ello es el llamado efecto de la mera exposición. Zajonc observó que la exposición repetida de un estímulo nuevo es suficiente para que las personas incrementen sus respuestas afectivas y evaluativas hacia dicho objeto.

2.3  Condicionamiento clásico
   El efecto de condicionamiento clásico consiste en que la aparición reiterada de un evento originalmente neutro, el estímulo condicionado, precediendo o simultaneo a otro estimulo biológicamente relevante y capaz de provocar una reacción del  organismo o respuesta incondicionada, hace que la mera presentación aislada de estímulo condicionado acabe por producir también una reacción similar a la respuesta incondicionada, conocida como respuesta condicionada.
   La peculiaridad del condicionamiento clásico en relación a la formación de actitudes es que es duradero y resistente a la extinción.

2.4  Condicionamiento instrumental u operante
   El condicionamiento instrumental u operante es una forma de aprendizaje en la que la consecuencia es contingente a la respuesta que previamente ha emitido el sujeto. Si la consecuencia es positiva, se espera que aumente la frecuencia de la repuesta; si por el contrario la consecuencia es negativa, se espera una disminución de la respuesta.

2.5  Aprendizaje vicario o modelado
   A menudo la gente imita las actitudes de los demás, pues al haber observado previamente las consecuencias que tales actitudes han tenido para esas personas, éstas le han servido de referencia.
   Este aprendizaje de las actitudes se observa frecuentemente en el desarrollo de ideas y creencias, ideologías políticas, creencias religiosas.
3.    ¿Para qué sirven las actitudes?
   Algunos autores han propuesto que las actitudes sirven a una variedad de necesidades o funciones psicológicas, concluyendo la mayoría de las respuestas que se han dado que las actitudes ayudan a  los individuos a adaptarse al medio, a sobrevivir dentro de él. En definitiva, las actitudes desempeñan en al vida de las personas importantes funciones adaptativas que serán las que se traten a continuación.

3.1  Función instrumental
   Tienen lugar cuando la actitud sirve a la persona para alcanzar objetos que le reporten beneficios tangibles o un ajuste a la situación, así como para evitar objetivos no deseados. Dicho de otra forma, las personas desarrollan actitudes positivas hacia lo que les aporta beneficios, y actitudes negativas hacia aquello que está asociado con consecuencias negativas.

3.2  Función expresiva de valores
   Esta función la desempeña una actitud cuando nos permite la expresión abierta de los pensamientos y sentimientos que queremos que los demás conozcan de nosotros
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3.3  Función cognoscitiva
   Según esta función, las actitudes ayudaran a los individuos a organizar la información que proviene de los objetos de actitud en función de la valoración que se haya echo de ellos, estructurando y dando coherencia a la sobrecarga de estímulos a los que las personas estamos expuestos continuamente.

3.4  Función de defensa del yo
   Tienen lugar cuando las actitudes contribuyen a mantener la autoestima personal o la autoestima basada en el grupo al que se pertenece. Esto puede dar lugar a actitudes prejuiciosas, al evaluar negativamente a personas de otros grupos sociales.
   Finalmente, hay que tener en cuenta que una misma actitud puede desempeñar diferentes funciones para distintas personas.

4.    ¿Cuál es la relación de las actitudes con el comportamiento?
   Como se ha comentado, una de las razones por las que las actitudes son importantes es por la influencia que tienen sobre el comportamiento. El grado de influencia de las actitudes sobre el comportamiento ha llegado a ser uno de los tópicos más estudiados dentro del campo de las actitudes.

4.1   Factores que afectan a la influencia de la actitud sobre la conducta
   Como se ha dicho, hay factores contextuales que estarían influyendo en la relación actitud-conducta y que pueden resumirse en las normas sociales y la presión temporal.
   Las normas sociales se refieren a las reglas que indican como las personas, supuestamente, han de comportarse en una situación dada. La presión temporal, se refiere a aquellas situaciones en las que no hay tiempo suficiente para elaborar la repuesta que se quiere.
   Un factor asociado a la propia actitud que influye en la relación entre actitud y conducta es su especifidad. Entendemos por especifidad el grado de precisión con el que están definidas la actitud y la conducta relacionada con ella.

4.2  La teoría de la acción razonada
   Con el propósito de comprender la influencia de las actitudes sobre el comportamiento, se debería distinguir entre dos tipos de actitudes. Por un lado estarían las actitudes generales hacia los objetos que pueden ser: físicos, personas y/o grupos; instituciones, políticas, eventos y cualquier otro objeto actitudinal más general y abstracto. El segundo tipo de actitudes son las referidas a la realización de una conducta en relación con un objeto de actitud.
   La teoría de la acción  razonada estudia los procesos psicológicos que intervienen entre la activación de una actitud y la respuesta conductual llevada a cabo hacia dicho objeto. Fue diseñada para explicar y predecir el comportamiento humano en contextos específicos, y es aplicable a conductas deliberadas.
   Las actitudes de la persona hacia la conducta en cuestión son el resultado de la suma de varios productos. Por un lado, las actitudes hacen referencia a las creencias que tiene la persona acerca de los resultados de realizar esa conducta y, por otro, está la evaluación que la persona hace de dichos resultados.
   Al separar conducta de intención de conducta, se considera además que hay factores externos que pueden estar afectando a la conducta final, además de la intención para llevarla a cabo.
   La teoría de la acción razonada ha sido ampliamente utilizada, y se ha demostrado empíricamente que funciona en relación con muchas y muy diferentes cuestiones, como la predicción de conductas de salud, la decisión de abortar, el consumo de marihuana, conductas relativas a la prevención de la enfermedad cardiovascular, el voto en las elecciones, el seguimiento de dietas adelgazantes, la realización de conductas ecológicamente responsables, el uso del preservativo, etc.

4.3  El modelo MODE
   Los dos modelos anteriores parecen ajustarse bastante bien a situaciones en las que tenemos tiempo para pensar, razonar y planificar. Sin embargo, no siempre contamos con ese tiempo para decidir cómo actuar. A veces las actitudes hacia determinados comportamientos pueden producir respuestas conductuales que no están mediadas por la intención de conducta, influyendo en el comportamiento de un modo más directo y automático.
   Fazio y sus colegas dieron respuesta a esta pregunta planteando el modelo MODE, según el cual las actitudes ejercen su influencia sobre la conducta de maneras diferente.
   En resumen, podemos decir que le estudio las actitudes ha ocupado una parte considerable del trabajo de los psicólogos sociales, reflejando así su importancia. Las actitudes influyen en nuestras vidas de forma patente, a la hora de percibir el mundo que nos rodea o de interpretar los hechos que suceden a nuestro alrededor, y afectan a nuestros comportamientos. Pero no siempre se da esa relación entre actitud y conducta.


GLOSARIO

1.    Ambivalente: Condición de lo que se presta a dos interpretaciones opuestas. Estado de ánimo en el que conviven dos emociones o sentimientos opuestos.

2.    Unanimidad: Acuerdo común de todos los miembros de un grupo de personas. cualidad de las decisiones y opiniones que son aceptadas por todos los miembros de un grupo

3.    Apartado: Que está lejos en el espacio con referencia a un punto determinado. Parte de un texto escrito que trata sobre un tema. Parte de un documento legal u oficial que forma con otras iguales una serie numerada y ordenada.

4.    Discrepancia: Falta de acuerdo o de aceptación, por parte de una persona, de una situación, una decisión o una opinión. disconformidad, disensión, disentimiento. Cualidad de la persona o de la cosa que discrepa de otra. Disentimiento personal en opiniones o conducta.

5.    Polarizar: Modificar los rayos luminosos por medio de la refracción o la reflexión de manera que no puedan refractarse o reflejarse de nuevo en otra dirección. Acumular en dos partes determinadas de un cuerpo cargas eléctricas opuestas.

6.    Replicar: Responder con viveza oponiéndose a una cosa. Responder con impertinencia o poniendo inconvenientes a lo que se indica u ordena.

7.    Peculiar: Que es propio y único de una persona o una cosa. Se aplica a la persona que resulta extraña por su forma de comportarse, vestir, hablar, etc.

8.    Constructo: Es, en psicología, cualquier entidad hipotética de difícil definición dentro de una teoría científica. Un constructo es algo de lo que se sabe que existe, pero cuya definición es difícil o controvertida

9.    Reiterado: Que se hace o se dice repetidamente.

10. Sexista: Que hace discriminación de las personas según su sexo.

11. Especifidad: Conjunto de propiedades o características de una persona o una cosa que permiten distinguirla de otras.

12. Metaanálisis: Es un estudio basado en la integración estructurada y sistemática de la información obtenida en diferentes ensayos clínicos, sobre un problema de salud determinado. Consiste en identificar y revisar los estudios controlados sobre un determinado problema, con el fin de dar una estimación cuantitativa sintética de todos los estudios disponibles.

  



martes, 25 de septiembre de 2012

glosario y resumen


GLOSARIO                                                                                                                           

1.    Atributo: Cualidad o característica propia de una persona o una cosa, especialmente algo que es parte esencial de su naturaleza: la inteligencia y el lenguaje son atributos de los seres humanos.
Símbolo que sirve para reconocer a una persona o cosa.

2.   Autonomía: en filosofía, psicología y sociología, es la capacidad de tomar decisiones sin intervención ajena. Teniendo un buen desarrollo mental y psicológico son características fundamentales para tener un buen criterio de decisiones.

3.    Predisposición: Inclinación o actitud que se tiene ante una cosa. inclinación especial hacia la realización de algo.

4.    Afectuoso: Que muestra afecto. Amoroso, cariñoso, afable.

5.    Alteridad: El término “alteridad” se aplica al descubrimiento que el “él” hace del “otro”, lo que hace surgir una amplia gama de imágenes del otro, del “nosotros”, así como visiones múltiples del “él”. Tales imágenes, más allá de las diferencias, coinciden todas en ser representaciones más o menos inventadas de personas antes insospechadas, radicalmente diferentes, que viven en mundos distintos dentro del mismo universo.

6.    Atribución: Se puede definir una atribución como a interpretación o explicación que se hace acerca de las causasmotivos y razones de algún suceso (incluyendo creenciasactitudes y comportamientos) ya sea en otros o en el individuo que la hace. Una atribución puede ser, obviamente, correcta o no.

7.    Infantilizar: Favorecer o mantener una mentalidad infantil [en el adulto].

8.    Susceptible: Capaz de recibir modificación o impresión. Se aplica a la persona que se enfada o se siente ofendida frecuentemente y por cosas poco importantes.

9.    Vulnerabilidad: La vulnerabilidad es la incapacidad de resistencia cuando se presenta un fenómeno amenazante, o la incapacidad para reponerse después de que ha ocurrido un desastre.  Por ejemplo, las personas que viven en la planicie son más vulnerables ante las inundaciones que los que viven en lugares más altos.

10. Impunidad: Falta de castigo merecido. es una excepción de castigo o escape de la multa que implica una falta o delito.

11. Sesgo: Orientación o dirección que toma un asunto, especialmente cuando es desfavorable o hacia un lado poco adecuado. Torcido, cortado o situado oblicuamente.

12. Subordinación: Dependencia de una persona o una cosa respecto de otra o de otras, por las que está regida o a las que está sometida.


SOBRE LA CATEGORÍA GÉNERO. UNA INTRODUCCIÓN
TEÓRICO-METODOLÓGICA


1.- Los movimientos feministas, exigieron comprender y explicar la  condición de subordinación de las mujeres. Las feministas lanzaron una primera hipótesis: la subordinación que afecta a todas o casi todas las mujeres es una cuestión de poder. Sería un poder múltiple, localizado en muy diferentes espacios sociales, que puede incluso no vestirse con los ropajes de la autoridad, sino con los más nobles sentimientos de afecto. Ternura y amor.
Los varones de la actualidad tendrían pocas diferencias con los padres que disponían de la vida y de la muerte de hijos, esclavos  y rebaños. Es ése el ordenamiento social a destruir para liberar a las mujeres, que sería a la población femenina lo que el capitalismo a la clase obrera.
La categoría patriarcado resultó un concepto vacío de contenido, plano desde el punto de vista histórico, que nombraba algo, pero no trascendía esa operación, de tal vaguedad que se volvió sinónimo de dominación masculina, pero sin valor explicativo. Desde el punto de vista político pudo ser útil para la movilización, pero no resistió la polémica con los críticos del feminismo ni permitió dar cuenta de los conflictos inmediatos a resolver en la práctica del movimiento.
De manera paralela, un contingente variado de mujeres académicas en muy diversos países se dieron a una tarea más pequeña, pero que a la larga resultó más fructífera.
En cabeza de una mujer, se propuso generar conocimientos sobre las condiciones de vida de las mujeres; rescatar del pasado y del presente los aportes de las mujeres a la sociedad y la cultura; hacerlas visibles en la historia, en la creación y en la vida cotidiana.
Dos posturas diferentes que han acompañado a la investigación sobre las mujeres: una que centra el objeto de estudio en las mujeres, es decir, en generar, acumular  y revisar información e hipótesis sobre las condiciones de vida y de trabajo, la creación y la cultura producida por las mujeres. Otra que privilegiará a la sociedad como generadora de la subordinación de las mujeres. Para ambas posiciones, construir una teoría es a la vez un proceso largo y lento, que requiere de información muy abundante.
Se trata de definir el sexo social, es decir, observar, dimensionar, dar explicaciones coherentes a los hallazgos acerca de la sociedad dividida en sexos. Las dos posiciones reconocieron que el problema no era simple, localizado en un nivel, aspecto o problema.
Las premisas más generales explícita o implícitamente formuladas sostenían:
a)    La subordinación de las mujeres es producto de determinadas formas de organización y funcionamiento de las sociedades.
b)    No se avanzará sólo estudiando a las mujeres, el objeto es más amplio. Requiere de analizar en todos los niveles, ámbitos y tiempos las relaciones mujer-varón, mujer-mujer, varón-varón.
Rubin (1986) lo define como:
El conjunto de disposiciones por el que  una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana y en el que se satisfacen esas necesidades humanas transformadas.
los sistemas de género/sexo son los conjuntos de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual anátomo-fisiológica y  que dan sentido a la satisfacción de los impulsos sexuales.


2.-  Literatura existente da muestras claras de que las cosas no son sencillas en esta materia.
Muchas/os autoras/es sustituyen sin más la palabra sexo por género, en un proceso muy entendible (aunque no exento de frivolidad) una vez que este último concepto se extiende y se pone de moda. Por ejemplo, en los estudios de tipo macrosocial, -en la demografía, del mercado de trabajo, la educación, el comportamiento político, etc.: a la desagregación por sexo se le llama género, pero no se llena de contenido la categoría, ni se explicita a qué hace referencia. El comportamiento diferente entre uno y otro sexo se analiza e interpreta como valores distintos de una misma variable independiente, pero no se le da el contenido de una construcción social compleja, más allá de la diferencia sexual anatomofisiológica.

La categoría género es algo más y requiere de dar espacio a la búsqueda de sentido del comportamiento de varones y mujeres como seres socialmente sexuados. En la literatura sobre la condición de las mujeres que conozco, yo distingo tres perspectivas u orientaciones teóricas distintas. Una primera es la denominada "las relaciones sociales de sexo", que privilegia la división social del trabajo como núcleo motor de la desigualdad.
Entre quienes estudian la diferenciación desde el género, están -por una parte- las autoras y autores que lo conciben como un sistema jerarquizado de status o prestigio social. La autora más conocida es Nancy Chodorow (1978) a partir de su estudio de la maternidad. Otra perspectiva considera los sistemas de género como sistemas de poder, resultado de un conflicto social. Las jerarquías sociales entre los géneros responden más que a prestigio, a resoluciones del conflicto desfavorables hasta ahora para las mujeres frente a los varones.
Última perspectiva que abre más posibilidades para el análisis de los géneros. Para una mejor comprensión, debemos volver a las diferencias anátomo fisiológicas de los cuerpos humanos. Varones y mujeres tenemos la capacidad desde muy temprano en la vida de producir con el cuerpo. Varones y mujeres tenemos la posibilidad de producir placer en el cuerpo del otro/a. Pero sólo las mujeres tenemos un cuerpo que produce otro cuerpo.
Todo grupo humano que pretenda sobrevivir, debe asegurarse la existencia de un cierto número de mujeres  púberes que puedan reproducirlo. Aclaremos: no es que el cuerpo femenino como entidad biológica tenga poder; son las sociedades las que le otorgan poder.
¿Quién o quiénes tienen las preferencias en el acceso sexual? ¿quién o quiénes pueden tener con ella o ellas relaciones sexuales?
Controlar el cuerpo de las mujeres lleva a dirigir el trabajo de las mujeres, de manera de no dejar capacidad que se escape. Como se puede ver se habla de control y no de eliminación del cuerpo. Las capacidades de reproducción, de acceso sexual y de trabajo no pueden ser extirpadas a las mujeres, porque si lo fueran desaparecerían y dejarían de cumplir las funciones de sus cuerpos.
En la especie humana, el relacionamiento sexual no es sólo un intercambio químico que asegura la reproducción de la especie. Mucho más allá, la sexualidad es el conjunto de las maneras muy diversas en que las personas se relacionan como  seres sexuados con otros seres también sexuados, en intercambios que como  todo lo humano, son acciones y prácticas cargadas de sentido.

4.-  Consecuencias metodológicas en las ciencias sociales. En primer lugar, que no existe la mujer, como tantas veces se ha dicho, ni tampoco el varón (o el hombre). Existen mujeres y varones en diferentes situaciones sociales y culturales que es necesario explicitar.
Es particularmente importante la o las etapas en que las mujeres y los varones gozan de la plenitud de la capacidad de reproducirse, puesto que a partir de su conocimiento se pueden captar los elementos claves de las relaciones prevalecientes en el sistema de género, de las maneras en que se ejerce el poder, de las representaciones imaginarias que lo justifican. En nuestras sociedades son las figuras de madre, esposa y ama de casa para las mujeres y las de jefe de familia y sostén económico principal del hogar, padre y esposo desde donde es posible partir para estudiar el núcleo de las relaciones de género.
Un segundo ámbito o contexto a delimitar lo constituye la organización de la vida familiar y doméstica, espacio privilegiado de las mujeres e identificado en nuestras sociedades como  el lugar  de la subordinación femenina. Es necesario distinguir las diferentes posiciones que ocupan las mujeres y los varones y los papeles que cumplen a lo largo del ciclo de vida de las unidades domésticas y las familias.
En América Latina y en general en sociedades plurales desde el punto de vista racial, es necesario dar cuenta del contexto étnico-cultural, bajo el supuesto que los géneros se construyen de manera distinta en cada uno de ellos. Muy escasos son en cambio los estudios sobre el relacionamiento interracial-intergénero y más concretamente las relaciones varón-mujer, varón-varón y mujer-mujer entre personas de razas, etnias y culturas distintas.
Desde la perspectiva de las clases, se había puesto de manifiesto desde los inicios mismos de los movimientos feministas y los estudios sobre las mujeres en América Latina, las relaciones desiguales entre mujeres que tienen lugar en el servicio doméstico. Pero al ponerse en descubierto las tramas de relaciones sociales en función del parentesco y en los ámbitos familiar y doméstico, es decir, en mujeres que comparten la misma posición de clase -e incluso entre quienes comparten subordinaciones de clase y de raza-, se advierte que la subordinación y la condición femenina se redefine a lo largo del ciclo de vida, y que algunas mujeres pueden gozar de poder sobre otras mujeres.

5.- Teórica y empíricamente, la perspectiva del género como conflicto remite a analizar:
a) Los sistemas de parentesco, es decir, las normas y formas del matrimonio, la filiación y la herencia, como lo ha indicado Rubin. Es decir, las tramas de relaciones que orientan las lealtades y solidaridades más elementales entre las personas de sexos y generaciones distintas, incluyendo el tabú del incesto y las normas legales que reglamentan el relacionamiento intra e interfamiliar, así como los conflictos y sus resoluciones en dichos ámbitos.
b) En los ámbitos domésticos como en el mercado de trabajo y en otras esferas de la sociabilidad, es necesario analizar la división social del trabajo según los géneros y las dinámicas particulares de la misma. El control sobre la capacidad de trabajo de las mujeres, si bien es uno de los elementos centrales en el sometimiento del cuerpo femenino, no es el único, porque no es el que hace a la especificidad de la diferencia sexual, como bien lo observó Rubin.
c) El sistema de géneros es un sistema de poder, es necesario dirigir la mirada a las definiciones de persona y de ciudadanía en tanto sujetos de derechos y responsabilidades, a las formas y contenidos de la participación en la esfera pública, al Estado, el sistema político (y de partidos) y a la cultura política.
d) El análisis de los sistemas de género remite a considerar la subjetividad de los distintos actores en el sistema, las formas como se estructura el  psiquismo y se constituyen los sujetos y objetos de deseo.

6.- La sociedad dividida en géneros tiene algunas consecuencias metodológicas. Por un lado exige recoger y analizar la información a partir del variable sexo, en la medida en que éste es el referente empírico más cercano e inmediato de observar.
En segundo lugar, es necesario estudiar los ámbitos sociales donde interactúan las personas en función de géneros distintos, los espacios de evidente predominio y exclusividad de cada uno de ellos, pero también aquellas esferas de la sociedad aparentemente nuestras.
En la filosofía, las mujeres dedicadas a la epistemología se preguntan acerca de la neutralidad de género de las ciencias físico-naturales y en particular de las biológicas, no sólo por el lugar marginal que las mujeres ocupan en la investigación y en las burocracias respectivas, sino porque el sesgo de algunos de los resultados de las investigaciones son consecuencia de la construcción de los objetos de estudio, la manipulación de los datos y de las interpretaciones de los mismos.
En tercer lugar, hay que destacar que para comprender y explicar los sistemas de género no basta con conocer los ámbitos donde mayoritariamente varones y mujeres se expresan e interactúan. Se requiere también de conocer las colas de las distribuciones y esas zonas oscuras y límites de la sociabilidad, sobre las que da miedo y produce dolor pensar.

7.- Otras precisiones. Por una parte, como sistema de poder que busca controlar el cuerpo y algunas de sus capacidades, estamos en presencia de relaciones inestables e inseguras. Recordemos la célebre frase de Foucault: "el poder se ejerce, no se posee. No se guarda en una cajita" ni en un closet.

De ahí entonces que los lugares de control sobre  las mujeres -en nuestras sociedades el desempeño de los papeles de las madres-esposas-amas de casa- sean también espacios de poder de las mujeres: el reproductivo, el acceso al cuerpo y la seducción, la organización de la vida doméstica.
Las mujeres pueden  tener hijos que no sean del marido, o de plano negarse a tenerlo, embarazarse en situaciones inoportunas, relacionarse sexualmente con otras y otros, seducir para muy diversos fines, negarse a trabajar en el hogar e impedir la sobrevivencia de sus integrantes, incluidos los/as bebes/as recién nacidos/as, etcétera.
Justamente esa inestabilidad es lo que ha llevado a resolver el conflicto mediante una estructuración del sistema extremadamente poderosa. Porque no hay que perder de vista que el sistema de género incluye también la cooperación entre personas de sexos distintos.

8. El género es una forma de la desigualdad social, de las distancias y jerarquías. Desde el inicio de la investigación sobre las mujeres y los géneros se ha planteado la articulación género-clase, incuestionable por lo demás en América Latina. El notable incremento de las mujeres unidas, con hijos menores, en actividades asalariadas intensivas de mano de obra ha llevado a hipotetizar sobre la articulación género-clase.
Pero ya Kate Millet lo señalaba en su  trabajo de 1975 y la investigación lo ha puesto de manifiesto una y otra vez que la cuestión es más compleja, puesto que son las distancias de clase, de género, étnicas y raciales y de generación las que se intersectan y articulan unas con las otras.
En América Latina, las respuestas posibles son cruciales para entender la estructuración y la dinámica de nuestras sociedades: una dominación capitalista cada vez más concentrada y excluyente, el machismo devastador, la discriminación racial a grupos y personas no blancas o en proceso de emblanquecimiento, la marginación de las personas en etapas no adultas de la vida.
Metodológicamente nos obliga a continuar en la línea seguida en la investigación sobre las mujeres que consiste en acotar y contextualizar los sujetos en estudio. Pero cada vez se vuelve más imprescindible conocer a los dominadores: cómo los varones viven y se imaginan que son las relaciones de género. AL fin de cuentas no hay que perder de vista que toda esta dimensión de las sociedades se constituyó en objeto de estudio y logró avanzar, porque las mujeres pudieron hablar con otras mujeres sobre cuestiones en las que había un marco de referencia común. Y por lo tanto, sensibilidad para plantear hipótesis, preguntas y comenzar a entender el sentido de las respuestas.

9.- El problema del patriarcado. Como se puede ver en una revisión de la bibliografía existente, la categoría género sustituyó en el análisis y en el discurso político sobre la condición de  las mujeres al concepto de patriarcado. Sin embargo, en los últimos cinco años, se vuelve a ver con insistencia la reaparición del concepto. ¿Qué ha pasado? Por lo que conozco, han habido dos líneas académicas diferentes: una proveniente de la etnología, la arqueología, la etnohistoria y el análisis de los mitos y de textos literarios muy antiguos, la otra proviene de una lectura crítica de los clásicos de la ciencia política.
Mediante la primera se vuelve a la prehistoria y a la crítica a la historiografía dominante acerca de períodos muy antiguos. La dominación masculina y concretamente las sociedades patriarcales son producto de un largo proceso llevado a cabo en las sociedades neolíticas: el descubrimiento del papel del varón en la gestación, el aumento de la productividad del trabajo que permitió la acumulación de cereales, la sedentarización, el empleo generalizado de los metales y la posibilidad, de producir armas (es decir, de hacer la guerra) serían los elementos principales que llevaron a la organización  de la dominación con base masculina.
En la segunda vertiente ubico las investigaciones de la politóloga australiana Carole Pateman (1988, 1990) quien aI analizar críticamente el pensamiento de los contractualistas de los siglos XVII a XIX señala que la propuesta de cambio (que al final triunfó en las sociedades burguesas instaurando el orden que hoy día nos rige) sustituye la dominación del padre de familia -amo de siervos, hijos y haciendas-, por la de los hijos, hermanos varones. Por ambas líneas de conocimiento y reflexión, es posible entonces pensar la dominación masculina con un comienzo en  el tiempo, impreciso y vago, pero que permite desligar la subordinación de las mujeres de la evolución "natural" de la humanidad, y entenderla como un proceso histórico de resolución de conflictos.
Hubo un período de la historia que fue patriarcal, pero ni siempre ni en todas las sociedades el patriarcado se expresó y se ejerció de la misma manera. Otra cosa es el machismo, forma de organización social  y de ejercicio del poder de dominación masculina.

10.- Como apreciar, comprender y explicar la estructura y la dinámica de los sistemas de géneros. No se trata de rellenar una teoría, como en un momento ingenuamente se pudo sostener en particular en el ámbito de las mujeres marxistas. Tampoco se pudo efectuar el parricidio propuesto en los inicios del movimiento feminista.
Es un rompecabezas que se forma con innumerables piezas pequeñitas, que se arman parcialmente y se vuelven a desarmar y rearmar ante cada hipótesis y cada dato consistente y que arroja nueva luz al respecto. Las discusiones y las carencias señaladas por las feministas de los sesenta, dieron origen a una perspectiva de análisis social que ha permitido ordenar observaciones, plantear  hipótesis, analizar informaciones muy dispersas y diversas.
No basta repetir que ni Platón ni Aristóteles ni Kant tuvieron en cuenta la diferencia sexual, la sexualidad y la reproducción y que pensaron lo humano como masculino. Por otra parte, la vitalidad de la propuesta del género radica en que ha permitido seguir líneas diferentes de investigación, basadas en última instancia en opciones teórico- metodológicas distintas.
Se trata pues de un campo abierto al debate, en el que las diversas perspectivas deberán confrontarse en su coherencia intema, en su capacidad de explicación y en las posibilidades que abren a la acción y la transformación de las sociedades y de las probabilidades de vida de las mujeres y los varones.